Uno de los aspectos que cada vez más tomamos en cuenta a la hora de viajar es cómo hacerlo de una forma sostenible, o al menos, que genere el menor impacto o huella ecológica, buscando así un turismo más responsable. En este post, me gustaría compartir algunas ideas y experiencias en este sentido, para aprovechar mejor las ventajas del transporte público en nuestros viajes.

Lo primero a tener en cuenta es la elección del destino y la época del año, pues no todos los sitios presentan las mismas facilidades, y tendremos que valorar las opciones que tenemos en cada viaje, dando prioridad, si queremos, a aquellos lugares o épocas del año con mejor servicio de transporte, priorizando el tren al avión si es posible, etc.
En cualquier caso, en este tipo de viaje es más importante que nunca una buena planificación y contar con el tiempo necesario para nuestros desplazamientos, si intentas hacerlo a un ritmo demasiado rápido, sólo conseguirás estresarte, y eso es justo lo que queremos evitar cuando viajamos.
En nuestras visitas a ciudades, en general siempre es más cómodo el transporte público, pero cuando nos desplazamos entre diferentes localidades es necesario organizarnos e informarnos bien. Superada esta primera etapa, ¡a partir de aquí, todo son ventajas!

En nuestro día a día, nos hemos acostumbrado a la comodidad de que nos den todo hecho y nos lo traigan a la puerta de casa, aunque si ‘sacrificamos’ un poco esa comodidad, creo que podremos disfrutar de una forma más auténtica. Por ejemplo, si pensamos hacer un recorrido, será importante reducir el equipaje a lo esencial, de modo que minimizamos peso y al final evitamos cargar con cosas innecesarias, los famosos ‘por si’. Cada uno de nosotros conocemos nuestros ‘imprescindibles’ (los amantes de la fotografía en eso somos un poco ‘especialitos’), pero seguro que, si nos paramos a pensarlo un poco, es fácil optimizar. Recuerda, menos es más.
Otra ventaja para mí es que dejas de depender del GPS y además no te pierdes (o un poco menos, que siempre es divertido!). En su lugar, puedes entrar más en contacto con la gente, preguntar e integrarte mejor en el sitio que estás conociendo, descubriendo la vida de las personas que viven allí. Además, en muchos casos son transportes emblemáticos, que te permiten conocer mejor la cultura local.

Esta opción de viaje no sólo es más sostenible, sino también más económica en la mayoría de los casos. Entre la lista de cosas de las que podemos prescindir no sólo está el combustible, los peajes, el coste del aparcamiento, y el coche de alquiler si no llevas uno propio, sino que se acabó el tener que buscar dónde dejar el coche… muchas veces, puede ser una auténtica liberación.
Sin embargo, para mí la principal ventaja siempre es la experiencia de disfrutar el trayecto, relajadamente, observando el paisaje, haciendo fotos o, también en ocasiones, aprovechando para descansar con una cabezadita (viajando sol@, no estaría de más ponerse una alarma en el móvil si eres de buen dormir!).

Estoy segura de que tendréis muchas experiencias de viajes de este tipo que compartir. Yo os dejo aquí algunos casos concretos que os recomiendo para visitar con transporte público, como por ejemplo Suiza. Allí encontrarás una red de conexiones estupenda, que unida a su buen funcionamiento y puntualidad, nos hará llegar a donde queramos, da igual que sea una gran ciudad o un pequeño pueblo de montaña. Para ello, es muy recomendable disponer de la tarjeta Swiss Travel Pass, con la que poder viajar ilimitadamente durante un determinado número de días en cualquier transporte del país, ya sean autobuses, trenes de todo tipo (incluidos los trenes cremallera de montaña), barcos, etc. Además incluye otras ventajas como entrada a algunos museos. Yo la llamaba la ‘tarjeta limón’ porque la puedes exprimir y sacarle bien el jugo ;-P
Otro ejemplo muy diferente pero también toda una experiencia, es Noruega, en especial la mitad sur. Con un territorio plagado de agua por todas partes, una red ferroviaria escasa y unas carreteras limitadas, resulta increíble cómo puedes recorrer el país combinando transportes: autobús, ferry, tren. Para mí fue muy divertido y siempre lo recomiendo aunque es importante la elección de la época del año, pues en invierno es casi imposible desplazarse por muchos sitios.

¿Y tú qué opinas? ¿Nos recomiendas algún destino para conocer en transporte público? ¿Qué es importante para ti a la hora de viajar de forma responsable?