Viena sigue siendo para mí un destino imprescindible en Adviento y Navidad. La ciudad entera se decora para estas fiestas y por todos los rincones se encuentran preciosos detalles que te hacen sentir el espíritu navideño.
Con más de diez mercadillos repartidos por sus plazas y calles, nunca te aburres. Cada uno tiene su propio estilo, aunque en todos ellos son características sus casetas de madera decoradas, sus puestos de vino caliente (glühwein) y de punsch (bebida caliente también con base de vino, a la que se añade ron y otros ingredientes), y por supuesto la venta de decoración navideña, donde puedes encontrar un sinfín de adornos preciosos. Todo ello crea una combinación única para los sentidos, a partir de luces, olores, villancicos, y un ambiente muy especial.
En esa época, anochece cerca de las 16:30, por lo que toda la tarde se puede disfrutar de las iluminaciones navideñas en los mercadillos y calles de la ciudad.
El más emblemático de todos ellos es el que se encuentra en la Rathaus Platz o Plaza del Ayuntamiento. Una corona de Adviento gigante te da la bienvenida a la entrada, desde donde se ve el majestuoso edificio del Ayuntamiento iluminado y su árbol de Navidad. El mercadillo cuenta con más de 150 puestos, una pista de hielo, villancicos cantados por coros y sonido de trompetas… Además, dentro del propio Ayuntamiento, se hacen actividades para niños y niñas, como cocinar pastas de Navidad o hacer velas. Sin duda, hay diversión para todos, aunque los días de máxima afluencia cuesta un poco moverse 😉
Con mucho ambiente, un toque diferente y muy de moda, está el mercadillo de Museumsquartier. Cuenta con pabellones iluminados de hielo, se puede jugar al curling y disfrutar con el espectáculo de luz por la noche en el patio de los museos.
Uno de mis mercadillos favoritos también es el de Maria-Theresien-Platz. Situado entre los museos de historia del arte y de historia natural, ocupa una amplia plaza con puestos de adornos y artesanía, además de los típicas comidas y bebidas navideñas.
Otros mercadillos que también merecen una visita son los instalados en los jardines del Palacio de Belvedere y del Palacio Schonbrunn. Ambos algo alejados del centro y más pequeños, aunque no por ello tienen menos encanto. Y tampoco puede faltar un paseo por la Plaza de San Carlos, el barrio de Spittelberg, la plaza Freyung, la Plaza de la Catedral o el parque Prater, famoso por su noria gigante.
En este enlace del portal de turismo de Austria, encontrarás toda la información si te quieres dar un paseo navideño por Viena, que se vuelca en estas fiestas con detalles en todos sus rincones.
Y para completar la visita a esta ciudad, de aspecto imperial, pero de gentes amables y que saben disfrutar, os recomiendo el imprescindible paseo en tranvía por el Ring, un chocolate en el Café Central de Viena y un concierto, ya sea de órgano en una iglesia o de orquesta en el Musikverein (para los que llevamos desde niños viendo cada año el Concierto de Año Nuevo, es una experiencia incomparable).
Además os comparto también el enlace al Hotel Alpha, donde me he alojado la mayoría de las veces en Viena: muy bien situado, cómodo y con una buena relación calidad-precio. Ideal para visitar el mercadillo navideño de la Plaza del Ayuntamiento, a sólo 5 minutos a pie, y todo el centro de la ciudad.
¿Has visitado alguna vez Viena? ¿Conoces sus mercadillos? ¿O tal vez te gustaría saber más? Te leo y contesto en los comentarios.