Después de visitar La Habana en la primera parte, continuamos ahora nuestro recorrido por Cuba. Viñales fue el primer destino, un paraíso en la provincia de Pinar del Río. Allí puedes visitar el Parque Natural a caballo, las plantaciones de tabaco y de café, e integrarte en la forma de vida tranquila y tradicional de esta parte de la isla.
Asombrarse con los mogotes (formaciones montañosas típicas del valle), escuchar la música de fondo, beber tranquilamente una canchánchara (cóctel típico a base de aguardiente de caña) en la mecedora del porche. Son algunas experiencias que vivir en Viñales.
Seguimos entonces nuestro camino hasta Matanzas, la llamada Atenas cubana, que está viviendo en los últimos años un proceso de renovación, como no vi en ninguna otra ciudad de la isla. Se aprecia un gran esfuerzo por recuperar el patrimonio arquitectónico, por devolverle su antigua gloria a un lugar que estuvo al frente de la cultura cubana con sus teatros y salas de conciertos.
Además, Matanzas fue cuna del danzón y la rumba, dos estilos fundamentales de la música cubana. Como curiosidad, todas las calles se identifican con números, aunque los habitantes continúan usando los viejos nombres coloniales.
Y entre toda esta riqueza cultural, los dos sitios que más llamaron mi atención. Por un lado, el Museo Farmacéutico: una antigua farmacia creada a finales del s.XIX y la primera de su clase en América Latina, repleta de objetos curiosos y todo ello explicado por una estupenda guía.
Y por otro, Ediciones Vigía, en la plaza del mismo nombre, una singular editorial fundada hace más de 30 años que produce libros de manera artesanal y cuyo taller se puede visitar y comprar bellos ejemplares numerados.
A pocos kilómetros de Matanzas, podéis hacer también una escapada a las playas de Varadero y daros un relajante baño en sus aguas de azul cristalino antes de continuar.
Siguiendo la ruta, nuestra siguiente parada es Cienfuegos, la Perla del Sur. Su centro histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, con sus edificios de porte clásico y elegante, inspirados en la Francia neoclásica del S.XIX. Además de por su marcado carácter cultural y su ambiente marítimo, la ciudad también es famosa por el cantante Benny Moré, nacido en esta provincia y un referente de la música cubana en los años 50 y 60.
De todos los momentos que viví en Cienfuegos, seguro que nunca olvidaré la tormenta (por partida doble) que nos pilló de sorpresa en el Malecón y que tanto nos hizo disfrutar con la cámara. En el centro, no os podéis perder las vistas de la ciudad desde lo alto del Palacio Ferrer (Casa Provincial de la Cultura) frente al Parque José Martí.
De nuevo en marcha, nos encaminamos a El Nicho, un precioso parque natural con cascadas y pozas para bañarse. Llegar hasta aquí supone meterse en plena naturaleza, a través de las montañas del Parque de Collantes. El complicado acceso por la pequeña carretera (a veces le costaba un poco al coche seguir), mereció la pena para poder disfrutar de estas maravillosas vistas y un refrescante baño en sus aguas.
Después de una estupenda comida en el restaurante tipo ranchón que hay junto a la entrada del parque, volvimos a nuestra ruta, camino de Trinidad. Nos habían recomendado que no se nos hiciera tarde por los cangrejos, lo cual no entendimos muy bien… hasta que llegamos al tramo de carretera junto a la costa.
Nunca he visto tantos cangrejos (y de un tamaño considerable), atravesando la carretera de un lado a otro. Tuvimos que ir con mucho cuidado para no pinchar ni atropellar a las tiñosas (unas aves carroñeras que hay por toda la isla) que se posaban a comer los restos de los cangrejos aplastados.
Fue toda una aventura pero por fin llegamos a Trinidad, la “joya colonial”, que tantas ganas teníamos de visitar. Es una ciudad por la que no ha pasado el tiempo: sus calles empedradas, sus edificios del siglo XIX, su colorido y su ambiente te llevan al pasado. Allí pude disfrutar por fin del típico cerdo asado en púa dando vueltas durante horas… Me dejaron probar a darle vueltas y ¡apenas aguanté un minuto por el intenso calor!
También nos invitaron a uno de sus palacios restaurados para conocer el club «Amigos del danzón». Para terminar por la noche, no podía faltar un mojito y bailar en la Casa de la Música. A mí me gusta mucho bailar salsa, así que no perdí la oportunidad, aunque ver a los cubanos ¡eso sí que es una gozada!
Sancti Spiritus es una tranquila ciudad en la zona central de la isla, junto al río Yayabo. Se trata del punto más oriental de nuestro recorrido, ya que a partir de aquí comenzó la ruta de regreso a La Habana. Aunque la visita fue breve, dio mucho de sí.
En el paseo por el centro, descubrimos una muestra fotográfica de imágenes relacionadas con la Revolución, que nos resultó muy interesante. Un buen ejemplo de la fotografía al servicio de un mensaje, una ideología e incluso un sentimiento.
El momento estelar de nuestro paso por Sancti Spiritus lo vivimos en una pequeña y coqueta tienda de recuerdos turísticos, donde un cubano encantador nos enseñó a tocar cada instrumento e hicimos un simpático cuarteto musical.
Y por último, Santa Clara fue la última visita de nuestra ruta cubana. Es famosa por el museo-monumento al Ché, donde se conservan sus restos, y que ha sido visitado por más de 5 millones de personas desde la creación del mausoleo a finales de los años 80.
Sin embargo, Santa Clara es además una ciudad abierta y vital, autoproclamada como “Ciudad Liberal”. Alberga la segunda universidad más prestigiosa del país, lo que le da también ese aire juvenil y cultural. Uno de los lugares imprescindibles es el club «El Mejunje», ubicado en un antiguo edificio sin techo, lleno de grafitis, y que ofrece cada noche actuaciones musicales, lectura de poesía, …
Y hasta aquí llegó nuestro recorrido por la isla. Los últimos días pudimos disfrutar un poco más de La Habana y seguir callejeando por sus rincones. Ciudades como Santiago de Cuba o Camagüey quedan pendientes para el siguiente viaje. Era inevitable la vuelta a casa, así que cuando íbamos al aeropuerto, yo me despedí de Cuba ¡¡¡HASTA LA PRÓXIMA!!!
Y tú, ¿has viajado alguna vez a Cuba? ¿Qué es lo que más te llamó la atención? O tal vez estás pensando en ir próximamente. Cuéntanos tus experiencias e impresiones en los comentarios.